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sábado, 23 de febrero de 2013

Orgullo.

"Querido orgullo:
Me gustaría decirte que, a pesar de que te aprecio mucho y en ocasiones no me separo de ti, dejes de entorpecer esta relación y que las cosas fluyan.
Se que te cuesta y que necesitas una persona cabezota en la que vivir, sé que el es el candidato perfecto porque al fin y al cabo, el en sí es perfecto y tiene muchas ocasiones en las que puede/debe ser orgulloso... Pero de verdad te digo que esta no es una de esas ocasiones.
No sé si alguna vez has perdido a alguien a quien querías mucho, muchísimo, por tu propia culpa, no lo sé sinceramente, pero si lo has hecho sabes lo que se siente y te rogaría que te apartaras de esto porque hay gente pasándolo mal.
En el caso de que nunca hayas experimentado ese sentimiento, ya estoy yo para decirte que es asqueroso y que perjudica a ambas partes de la relación en la que te interpones.
No puedes imaginarte el daño que puedes llegar a hacer (el que me estás haciendo a mí ahora) y lo que molesta verte ahí, quieto, observando y apareciendo cuando lo crees conveniente, pero eso sí, nunca terminas de alejarte.
Me siento realmente estúpida por reaccionar de la forma impulsiva en la que reaccioné ayer, pero no me arrepiento de ello.. Estaba incluso dispuesta a olvidar todo lo que dijo él y pasárselo por alto, pero ese momento en el que preguntas: '¿Si dejamos de hablarnos para siempre te importaría?', ese momento en el que la relación depende de un si o un no. Y entonces llega ese incómodo momento, en el cual, el sujeto en cuestión no es capaz de pronuciar ese 'Si', NO ES CAPAZ. 
Y ahí está tu parte de culpa, esa contestación fantasma, que ambos esperan pero nunca llega. Esa contestación que esta enterrada bajo un enorme montón de rocas.
Por todo lo detallado anteriormente, te pido por favor que me concedas la solicitud de desaparecer, durante al menos un tiempo, del cuerpo que tienes preso. Por favor, de verdad.
Att.: Sara Setentaycuatro."

miércoles, 20 de febrero de 2013

Ésta soy yo.



Empezaría diciendo, como lo hace el 99% de las personas, aquello de que odio los lunes, pero creo que se sobrevalora. ¿Odio los lunes? Yo digo que odio los lunes, martes, miércoles, jueves, domingos e incluso la mayor parte de los viernes. Más concretamente, odio eterno a los días en los que tengo que madrugar en contra de mi voluntad… Y ahora os preguntaréis, ¿y por qué los domingos? Pues simplemente por el hecho de que son días, por lo general, deprimentes y de resaca, pero a la vez son una especie de salvavidas. Me explico: tienes un examen el lunes, para el cual no has abierto ni un solo libro, estamos a viernes… ¿quién estudia el viernes o el sábado? nadie, utilizas el domingo para estudiar. Cuando no los empleas como salvavidas, te dedicas a reflexionar sobre tu existencia, tus actos, tu pasado, tu presente… Sobre tu vida en general. Y con esto explicaría el calificativo de deprimentes. Y cuando no los empleas ni como salvavidas ni como día de reflexión, es porque tienes una resaca de las tres copas de más que te bebiste el sábado.
Ahora bien, después de expresar mí odio eterno hacia todos los días de la semana, exceptuando el sábado (ya que significa fiesta), pasaré a la parte realmente importante y que puedo decir que me describe y me hace única, o tal vez no.

Estudiante de 1º de BI (Bachillerato Internacional) que día a día se da cuenta de la locura que cometió al adentrarse en ese mundo; le recomendaban para gente a la que le gusta participar en clase, ordenada, con capacidad de organizarse el tiempo, que lleva los estudios al día, y una infinidad de cosas más, tipo: “Estudiante ejemplar”. Exigían un 7 de media en cuarto de la ESO para poder acceder. Bien pues, mi media es de un 7 justo, y digamos que la organización y lo de ser ordenada no va con migo, lo de llevar los estudios al día menos y lo de participar en clase… Ya ni hablemos. Perfil completamente opuesto al recomendado para hacer este bachillerato y aquí estoy. Mientras el resto de mi clase se mata, literalmente, a estudiar, yo estudio el día de antes del examen un par de horas y saco la misma nota que ellos. ¿Orgullosa? Lo estuviera si esas notas rondaran el 8-9 como siempre, pero están más bien entre el 3 y el 6. De momento, nada preocupante, ya que no está nada mal para no estar haciendo absolutamente nada.

Después de mi rollo sobre mi “supermegahiper” acertada decisión de meterme al BI, pasaré a decir que soy española y también aprovecho para deciros que odio profundamente a España. Sinceramente, creo que nací aquí por equivocación… Yo debería de haber nacido en algún lugar de la costa de los Estados Unidos, posiblemente en algún lugar de la costa californiana. Deseando con todas mis fuerzas acabar el bachillerato e irme a cualquier lugar, lejos de Madrid. Como principal candidato: Estados Unidos, seguido de: Cataluña.

Si me preguntas por un equipo de fútbol, claramente de diré que con el Fútbol Club Barcelona a muerte; si quieres saber mi color favorito, te informo de que el azul me apasiona, pero el morado me vuelve loca; si hablamos de vestir, dónde quiera que esté un chándal o unas converse con una sudadera y unos vaqueros… Que se aparte el resto, aunque si hay que arreglarse no tengo ningún problema, es más, raro es el sábado que se me ve sin arreglar y de marrón; si tuviera que elegir un objeto de entre todos los que tengo, mi cámara de fotos, sin dudarlo ni un solo segundo. De entre los animales, me quedo con el delfín o el lobo y en el caso de ser doméstico… Un perro, pero de éstos grandes, a ser posible, un Husky.

Me apasiona cantar y bailar, es lo que me ayuda a desfogarme. La lluvia es mi mejor amiga y no me verás en casa ni un solo día de lluvia, siempre a la calle a aprovecharla y sin paraguas, por supuesto.  Amante de los libros, no tanto de las películas. Mi nivel de vicio al móvil y al ordenador supera todas las estadísticas. La biología me encanta, más concretamente la genética, y soy una pequeña genio matemática. Adicta al chocolate. Twittera por naturaleza.

A simple vista puedo parecer la persona más borde, superficial y egocéntrica que existe, pero si te esfuerzas un poquito, por conocerme, sabrás que es una simple armadura que uso, para protegerme de la falsedad y de la gente en general. Nunca he estado enamorada, he llegado a querer mucho, muchísimo, pero nadie ha sido capaz de enamorarme, quizás porque yo no me he dejado o quizás porque nadie ha sido lo suficientemente bueno, pero el caso es que no lo han conseguido. 

Soy de esas que no dicen te quiero, jamás. Me limito a demostrarlo y, creo, que las personas a las que quiero se lo dejo bastante claro. Si tengo algo en contra tuya ten por seguro que iré a decírtelo y a la cara, no soy de esas que van hablando a las espaldas o que se dedican a insultar por cualquier chat. ‘Odio las malas caras y sospecho de las sonrisas’, típica frase, pero es la pura verdad. Nunca pido nada que sé que la otra persona no puede darme y jamás pido ayuda por muy jodida que esté.

Una de las mejores personas que existen actualmente, quizás un poco egoísta a veces y algo borde otras tantas, pero en el fondo soy de lo mejor que hay, sólo tienes que pararte a conocerme y no juzgar a la primera de cambio. Ahora, eso sí, si me jodes ten claro que te la devolveré, de alguna manera u otra, lo haré.

Superficial, insegura e impulsiva el 95% de la veces… Y así me pasa, acabo diciendo cosas que no debería decir y pues, siempre acaba alguien mal. Juro que no lo hago aposta y que si digo algo, es porque en ese de verdad pienso/siento lo que estoy diciendo, lo que suele pasar es que a los cinco minutos me arrepiento de haberlo dicho. ¿Miedo a lo que pueda pasar? Posiblemente, quizás, tal vez, puede… 

Difícil de impresionar y aún más difícil de conseguir. No me considero para nada una chica fácil, a no ser que lleve un par de copas de más encima… Ahí ya las cosas empiezan a cambiar y surge mi ‘alter-ego’, al cual no controlo y no me hago responsable de sus actos. Dicho queda.

¿Chica común o diferente? No puedo decirlo yo, eso lo decides tú. Únicamente te digo que si me dieran a elegir entre hacer feliz a millones de personas o hacerme feliz a mí, claramente escogería lo primero.